sábado, 28 de noviembre de 2015

Blanco

Blanco. Hoy Todo es blanco. Levanto la cabeza y es lo único que veo. No es que hoy sea un día más frió que otro, es que mi alma se aleja poco a poco de lo cálido. No se encuentra y dentro de poco ese blanco será tan transparente que se esfumará. Ya no existiré ante los ojos del mundo. Me quedaré petrificada mientras la vida pasa y pasa. 

martes, 24 de noviembre de 2015

Rumbo a ti mismo

Duele no encontrarse ni a si mismo. No encontrar tu sitio en el mundo. Es como sentirse huérfano. Perdido y solo entre la muchedumbre que nos envuelve. Atacado y herido ante la atenta mirada de la gente. Esa que te ve caer y levantarte pero que nunca te ofrece un pedacito de ellos. Una mano amiga. Una palabra amable.
El miedo te envuelve y de nuevo pones rumbo a ti mismo sabiendo que nadie te acompañará en ese viaje tan especial e intimo.

miércoles, 18 de noviembre de 2015

Victima

Su alma descansaba y sus ojos brillaban de nuevo. Desde la distancia, sentado en la butaca, observaba a la pobre muchacha tendida en la cama. El rostro de la chica transmitía paz y descanso, como si no hubiese sentido dolor, miedo, desesperación... Como si nunca se hubiese despertado de su sueño. Pero por desgracia su sueño sería eterno. Él lo quiso así. Siempre quería ver en paz a sus victimas porque su obsesión traspasaba la locura.
Y entonces llora. Un escenario esperpentico que se repetía crimen tras crimen. El miedo le ahoga y el dolor le inunda el pecho.
" El mundo sentirá lo mismo que me hicieron sentir a mi", susurraba una y otra vez mientras se encendía un cigarrillo.
Desde que vio la muerte en los ojos de su hermana, Oscar dejó de ser Oscar para formar parte de las sombras. Un hombre se la arrebató pero él piensa castigar a aquellos que se le opongan. De repente escucha sirenas que provienen del final de la calle. Espera con entusiasmo a que sean esos divertidos detectives que una vez estuvieron a punto de atraparlo. La idea le excita. Porque por mucho que se esconda, no hay nadie en el mundo que lo odie tanto como él se odia a si mismo. La fe de salvarse hace años que se desvaneció y no encuentra el consuelo en ninguna parte. Se siente una victima más de la sociedad, esa sociedad que destroza a sus propios miembros. Busca un culpable y no es capaz de encontrar a uno solo.
Se levanta, se acerca a ella y presiona sus labios contra la frente de la joven. Un instante después se funde con las sombras y se hace cómplice de la oscuridad.
Para cuando la policía llega al piso él ya está recorriendo las calles de la ciudad con paso firme, tranquilo... y con una sonrisa en sus labios. Siempre riendo.
Una nota. Una firma. Es lo único que deja en la escena, siempre a propósito. Es su marca de identidad. Volverá.

Ahora su alma descansa de nuevo hasta que su propia tortura inunde su mente.